El segundo capítulo de la serie “Habitantes del micromundo” se llama “Beast and Beauty».
El ciclo reproductor de la medusa común (Aurelia aurita) es sorprendente. Al principio aparecen los pólipos, terribles depredadores que capturan a sus pequeñas presas con los largos y urticantes tentáculos. Con el paso del tiempo, a los pólipos les comienzan a aparecer unos anillos y se transforman en lo que se conoce con el nombre de estróbilos. La formación de estos estróbilos constituye uno de los mecanismos de reproducción de esta especie: la reproducción asexual por gemación.
Cada pólipo es capaz de dar origen a nuevas medusas sin necesidad de que haya habido intercambio genético, es decir, sin que hayan tenido que intervenir machos y hembras. En el estróbilo se van formando las éfiras, una sobre otra, apiladas como los platos en la alacena, que se convertirán en lo que podríamos llamar las “larvas” de las medusas.
A medida que las éfiras van madurando se liberan del estróbilo y comienzan una vida libre y llena de peligros. Las que logren sobrevivir podrán, tras varios meses de desarrollo y crecimiento, convertirse en las bellas medusas adultas capaces de reiniciar el ciclo reproductivo de la especie. Esta vez sí que será mediante reproducción sexual, es decir, mediante la unión de espermatozoides y óvulos procedentes de unos individuos que actúan como machos y de otros que actúan como hembras.
Este es el segundo capítulo de una serie que nos traerá un video por día durante este confinamiento forzado por la COVID-19.
Esperamos que disfruten de esta iniciativa, que da acceso a una serie documental gratuita para el mundo, y que la compartan con todos los que crean que puedan estar interesados.
El equipo de Science into Images.